Postherpetic neuralgia

Postherpetic neuralgia

Como sabemos por las estadísticas, el virus del herpes afecta a una gran parte de la población de cualquier país del mundo. Sin embargo, existen diferentes tipos de virus herpes. En general, si consideramos las enfermedades infecciosas, el virus del herpes es probablemente el más común entre la población.

Uno de los puntos clave que hay que mencionar es que el virus del herpes vive en el tejido nervioso, entre el nervio y sus vainas. Por este motivo, el virus del herpes a menudo no se manifiesta y se activa cuando el sistema inmunitario está debilitado o cuando se expone a factores estresantes externos o internos. Por ejemplo, cuando una persona se muda, arrastra una infección, se somete a una operación complicada o sufre estrés emocional. Es entonces cuando el virus del herpes comienza a manifestarse, provocando diversos síntomas.

¿Cómo se transfiere el virus del herpes a la piel?

Si nos fijamos en el proceso en sí, podemos observar que el virus del herpes vive en la vaina nerviosa y, a medida que se multiplica, pasa gradualmente del nervio a la piel o las mucosas. Esta transición daña la vaina nerviosa y es esta vaina dañada la que causa el dolor.

Las fibras nerviosas tienen troncos nerviosos y una vaina de mielina. La vaina de mielina tiene zonas en las que se adelgaza y permite que cambie el potencial de acción dentro de la fibra nerviosa. Este mecanismo permite transmitir una señal eléctrica. Si la vaina de mielina está dañada, puede provocar sensaciones de dolor. En consecuencia, la excitación bioeléctrica provoca dolor postherpético en cualquier localización.

El virus del herpes se localiza con mayor frecuencia en las comisuras de la boca y en los labios, pero también puede aparecer en el tronco y la zona genital. Esta lesión de las fibras nerviosas provoca un dolor intenso que suele ser intolerable. Tiene una sensación de tirón y quemazón, interfiere con el sueño, afecta al estado de ánimo, al rendimiento y reduce la calidad de vida. Las sensaciones de dolor también pueden hacerse crónicas, ya que la fibra nerviosa no siempre se recupera por completo y es bastante difícil de tratar.

¿Cómo diagnosticar la neuralgia postherpética?

El diagnóstico de la neuralgia postherpética no suele ser difícil, ya que las erupciones herpéticas tienen un aspecto característico. El diagnóstico también puede confirmarse mediante análisis de sangre para detectar el virus del herpes y pruebas inmunológicas.

Tratamiento y prevención de la neuralgia postherpética

El tratamiento del dolor postherpético requiere un enfoque combinado de varios especialistas. En la fase aguda de la enfermedad, cuando hay erupciones herpéticas en la piel, debe acudir a un médico generalista o a un especialista en enfermedades infecciosas. Durante este periodo, se prescriben medicamentos antivirales, inmunomoduladores, vitaminas del grupo B y, si es necesario, anticonvulsivos, que se utilizan para eliminar la excitación eléctrica.

En periodos posteriores, cuando las erupciones cutáneas ya no están presentes y la infección se ha estabilizado, el neurólogo puede iniciar el tratamiento de la neuralgia postherpética. En este punto, se utilizan ciclos largos de anticonvulsivos y, si es necesario, antidepresivos. También pueden utilizarse fármacos que mejoren la transmisión de los impulsos nerviosos y ayuden a la reparación de los nervios.